jueves, 17 de octubre de 2013

(A GUARDA) FUENTE DEL ROLLO, por Domínguez Fontela

            Para muchos habitantes de La Guardia es este un nombre completamente desconocido. No pocos ignoran la razón de este nombre característico de la fuente situada a la entrada de la villa en la carretera que va a Tuy y Pasaje.


            Procede este título del Rollo que había en las cercanías de esta fuente, el cual consistía en una columna cilíndrica de piedra de más de dos metros de altura montada sobre tres escalones. Estaba en el lado izquierdo de la estrada pero un poco separada de ella y frente a la fuente. Su destino era para amarrar allí en una argolla de hierro con una cadena a los que habían de sufrir castigo público de azotes o recibir otras penas afectivas, que muchas veces solo consistían en estar allí algunas horas expuestos a la irrisión de los transeúntes. Al lugar de esta sanción penal establecida por las leyes de aquellos tiempos, y que servía para asegurar la tranquilidad social y garantizar la fidelidad en las ventas, según las cartas de fuero municipal, y otros documentos legislativos, eran llevados especialmente los carniceros, panaderos y regateros, taberneros, rateros de frutos, aves y otros que por tercera vez hubiesen incurrido en falta de defraudación en pesos y precios designados, o cometido alguna otra clase de delitos menores.


Provenía esta legislación del celo del bien público que guiaba a nuestras autoridades, evitando de este modo que el pueblo fuese defraudado y explotado. Era este un castigo muy generalizado en la Edad Media en los códigos de todas las naciones.

            De La Guardia desapareció esta columna a principios del siglo XIX y de ella solo queda el vago recuerdo de su nombre en la tradición popular, aunque la mayor parte de las gentes ignora lo que esto significa.

            En otros pueblos el rollo servía para que en su cúspide se expusiese la cabeza de los que habían sufrido la decapitación. Esto nunca se hizo en este sitio en nuestro pueblo, pues, para ese duro castigo y el de estrangulación o garrote, había horca o patíbulo especial en uno de los altozanos del monte de Santa Tecla, que aún hoy se conoce con el nombre del lugar de la horca.

            En cierto archivo de nuestra comarca existe el expediente de condena a este suplicio de la horca a un vecino de una de las aldeas del antiguo Concejo de La Guardia, que allí sufrió esta última pena por los regidores y sancionada por el Juez de la villa. Allí sufrieron también el tormento de ser quemadas vivas, a lo que fueron condenadas por las autoridades locales, unas pobres y sencillas mujeres del país acusadas estúpidamente de brujas; pena y castigo crudísimo e injusto contra el cual protestaron enérgicamente los inquisidores del tribunal de Santiago, como consta todo en un expediente que se conserva en el Archivo General de Simancas[1]

            El lugar de estas ejecuciones en la horca del monte, estaba señalado con otra columna de piedra llamada la Picota, hoy completamente desaparecida.

            De lo vergonzoso que era ser condenado al rollo, es decir, a ser amarrado en el Rollo, inmediato a esta fuente, procedió una frase vulgar que se emplea en La Guardia cuando alguien quiere echar de su lado a una persona con desprecio: Anda vaite o rollo, palabras que he oído muchas veces en labios del pueblo como remate de un altercado.

            Etimológicamente esta voz procede de la latina rotulus=cilindro, por la forma de la columna.

            Llámase a estos rollos en el Norte de Portugal, especialmente en la provincia del Miño, Pelouriño y son símbolo de la jurisdicción local. Son tenidos allí en mucha estima aún ahora como recuerdo de las libertades y exenciones municipales. En muchos Concejos actuales de allende el Miño, se han procurado restaurar los desaparecidos, recogiendo sus elementos antiguos desperdigados[2].

            En La Guardia existió cerca de la puerta lateral del Convento de monjas benedictinas uno de estos pelouriños, el Bolo hace años desaparecido, puesto allí formando parte de una columna como señal del dominio directo de aquella comunidad sobre el atrio y amplio terreno llamado Chan de Conde, donado a la misma casa monacal por los fundadores del Convento, los ascendientes del Conde de Priegue, propietarios de aquel lugar.

            A la fuente del Rollo dásele hoy también más vulgarmente el nombre de fuente de cimadavila o de sobre la villa. La palabra cima, igual que la Galaico-Portuguesa a cima o encima, no significa precisamente que este en un alto sobre la villa. El significado propio de este adverbio en nuestro idioma es, que la fuente está situada en el término, en el extremo, al cabo de la villa, no dentro de la población. En este mismo sentido llámase también barrio de Sobre la Villa[3] al que está al N. O. de La Guardia. La fuente de la que nos ocupamos hoy está comunicada con dicho barrio por la carretera. Antiguamente era completamente independiente y solo se comunicaba con La Guardia por la Estrada Real a Tuy. Nada, pues, tenía que ver la  fuente de Sobre la Villa con el barrio de este nombre.

            Esta fuente era antiguamente era una simple caja pilón de piedra con dos caños. Hoy está formado por una especie de obelisco piramidal ondulado, puesto sobre la gran caja del agua herméticamente cerrada, la arquitectura de aquella es neo-clásica, pero el obelisco es del estilo portugués muy en boga a mediados del siglo XIX.

En el frontispicio de esta gran caja rectangular está esculpido en la parte superior el antiguo escudo heráldico de la villa, que es una galera o nave de tres palos sobre las aguas onduladas.

            Más abajo en un medallón ovoide está esculpida la siguiente inscripción:




SE
CONSTRUYO A ESPEN
SAS DEL FILANTRO
PO BERNARDO MAR
TINEZ EN EL AÑO
DE 1852

           
            Como rezaba en el medallón, las reparaciones de esta fuente se deben a D. Bernardo Martínez. Los dos lavaderos principales que existían en la primera fuente se construyeron a expensas de D. Vicente Sobrino y los tinglados de hierro a D. Secundino Melón en 1891.

            Los planos del Tinglado de Hierro, fueron encargados por D. Secundino a la empresa GADEA, Rue Lauriston, 80 de París.

Domínguez Fontela



[1] En 1562 escribían los inquisidores de Santiago al Concejo: “que era tal la dureza con que la justicia procedía contra las brujas, que se temía que las de La Guardia las quemasen, como lo había hecho otro Juez seglar vecino. Murguía, Galicia, pág. 216, nota 1.ª.
[2] Existen en muchas poblaciones barrios con el nombre del Rollo. Sin ir más lejos en Tuy hállase este lugar unido con la misma ciudad, pero fuera de las antiguas murallas, extramuros al Norte sobre la carretera de Vigo. En Orense existió también la calle del Pelouriño.
[3] En varias poblaciones existen barrios con el nombre de Cima da Vila, tanto en Galicia como en la provincia del Miño, en Portugal. Uno de estos está en el pueblo de Melón, donde hubo antiguamente un célebre monasterio cisterciense, hoy derruido. Otros casos pudiéramos citar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario